Algunos Mitos de los Carbohidratos en la Nutrición-

Nuestra dieta está constituida por una influencia cultural y está relacionada con nuestras emociones y dinámicas sociales, por tanto, tampoco escapa de la volatilidad de las modas. La nutrición como disciplina científica, por otro lado, es reciente, existe desde un par de décadas y ya ha desmentido ciertos mitos relacionados con la alimentación.

 El problema es, que, a veces, nuestras convicciones son tan fuertes que impiden el cambio de actitud y creencias acerca de la nutrición.

A continuación, hablaremos de estos mitos en este artículo.

1.      Comer Carbohidratos En la Noche Hace Ganar Peso

Uno de los mitos más comunes es que el consumo de los carbohidratos tarde en la noche nos hace engordar y ganar peso, pero esto está basado en una lógica simplista, sin un argumento científico. Si durante la noche usamos esencialmente ácidos grasos en lugar de carbohidratos como una fuente de energía, entonces consumir tarde estos últimos hará que los almacenemos en nuestras reservas como grasa.

A pesar de esto, dicho principio choca con el del equilibrio de energía, por lo que en realidad es el extra de calorías lo que provoca el aumento de peso.


Algunos estudios sugieren que consumir la mayor parte de la energía durante la mañana puede favorecer al mantenimiento de un peso saludable o llevarnos un paso más adelante en nuestra meta de perderlo. Sin embargo, esto es muy diferente a decir que comer carbohidratos en la noche nos hará engordar.

Nuestro apetito y metabolismo están controlados por una serie de hormonas, entre las cuales se encuentra la Leptina. Esta hormona, producida en el tejido adiposo y que estimula un aumento del uso de la energía y de los niveles de saciedad, demuestra en el curso de la jornada un ritmo circadiano creciente. En otras palabras, su nivel es muy bajo en la mañana y más alto al finalizar la jornada, lo cual, desde un punto de vista fisiológico, provocaría más apetito en la mañana y menos en la noche.

Sabiendo que la ingesta de carbohidratos estimula la secreción de insulina, es uno de los factores que tiene un impacto más grande en el aumento de la Leptina seguidamente a la ingesta de algún alimento. De hecho, el incremento de la Leptina en la noche y la inversión del esquema normal, podría causar niveles más altos en el transcurso de la jornada sucesiva y, por ende, una mayor saciedad.

Otro aspecto a considerar es la habilidad que tienen los carbohidratos en aumentar la producción de la serotonina, un neurotransmisor que induce a la relajación y la saciedad. La melatonina, un inductor del sueño, deriva de la serotonina. En consecuencia, consumir carbohidratos tarde durante el día puede favorecer una buena higiene del sueño a menos que no se vea afectado por los hábitos de un erróneo estilo de vida. Tanto así que, muchas personas que optan por la restricción de los carbohidratos podrían, tarde o temprano, verse afectados por varios tipos de desórdenes del sueño.

Esto no quiere decir que los carbohidratos deberían ser consumidos preferiblemente tarde en la noche en lugar de la mañana. Muchos factores podrían influir en esta elección, desde la individualidad en la bioquímica de cada persona hasta los estilos de vida que llevan, pero no existe una evidencia concreta por lo cual la ingesta nocturna de carbohidratos debería ser evitada a toda costa.

Además, es también importante resaltar que estamos considerando un contexto que excluye el ejercicio físico, momento en el cual la asunción de los carbohidratos debería ser focalizada.

2.      La Restricción de Carbohidratos Es Más Eficiente Que Las Grasas

Una moda dietética que está ganando terreno en las últimas décadas es la restricción en la ingesta de los carbohidratos y de sus numerosas variantes. Para ciertos individuos, en particular aquellos que sufren de resistencia a la insulina o hipersecreción de insulina seguido a las comidas, la restricción de los carbohidratos puede ser más eficaz para el control del apetito y el balance calórico en el curso de la jornada.

Sin embargo, esto no significa que la reducción de los carbohidratos, comúnmente llamada dieta baja en carbohidratos, sea más eficaz para la pérdida de peso con respecto a las otras estrategias convencionales.

La mayor eficacia derivada de la restricción de los carbohidratos es visible en los primeros 6 meses y esto va disminuyendo poco a poco a medida que pasa el tiempo (12-24 meses). Ciertamente, la dificultad que encuentran las personas para seguir una dieta es el factor más limitante, aunque también existen otros, a saber, algunas reacciones homeostáticas de nuestro cuerpo que pueden desencadenarse como respuesta a la restricción de las calorías y a la pérdida de peso, tales como:

  • Aumento de la sensación de hambre.
  • Reducción de la velocidad metabólica.
  • Cambios neuroquímicos.