¿De Dónde Nace la Euforia del Corredor?

Las personas que tienen experiencia en el running suelen contar a otros de esos momentos de gran euforia que experimentan, del buen humor que sienten y, de exaltación al final de la carrera. Pero ¿De dónde nace la euforia del corredor? ¿De dónde provienen estas sensaciones de bienestar? ¿Acaso son solo los efectos subjetivos o hay algo más?

 Por años ha existido la creencia de que la carrera tenga una relación con la producción de endorfinas a nivel cerebral, y de hecho es una verdad experimental, pero están implicadas otras hormonas, de la cual hablaremos a continuación.

Correr Libera Endorfinas y Otras Hormonas

Correr genera un flujo de endorfinas que inunda el cerebro y exalta el humor del corredor; los runners están familiarizados con esa sensación de intenso placer, conocida como euforia, que brinda una descarga de energía al cuerpo, por lo general durante el entrenamiento.

Este fenómeno además de ser causado por la liberación de endorfinas, involucra también a la leptina, o mejor dicho su ausencia.  Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Montreal relaciona la disminución de los niveles de la hormona de la saciedad: la leptina, con el mejoramiento del performance running.

Quien corre con cierta frecuencia conoce muy bien esa sensación de euforia de la cual somos conscientes mientras se practica esta actividad. Los investigadores canadienses han determinado que se debe también a una drástica disminución de los niveles de leptina.


¿Cuál es la Relación de la Leptina con la Actividad Física?

La leptina es una hormona producida del tejido adiposo, su función principal es regular aquello que comemos en relación con nuestras necesidades nutricionales y reservas energéticas. Y, por tanto, es responsable de la sensación de saciedad e influye también en la actividad física:

  • A mayor cantidad de grasa, hay más leptina y sentimos menos necesidad de comer.

Esta hormona generalmente indica al cerebro cuando nuestro cuerpo contiene la suficiente energía, asimismo cumple un rol vital en la motivación para correr, que puede estar relacionado con la búsqueda de alimento.

La leptina al parecer involucra al neurotransmisor cerebral dopamina (que tiene conexión con el buen humor). Su caída drástica envía al cerebro una señal de hambre que provoca un aumento de la motivación para mejorar el performance deportivo. Y los efectos son inmediatos, bien sea en lo que tiene que ver con la calidad como con la duración de la carrera.

Para nuestros antepasados una carrera así les brindaba la maravillosa prospectiva de encontrar algo para comer, por tanto, garantizaba la sobrevivencia. Mientras que en la actualidad, un entrenamiento running con otros del grupo, puede brindar alegría y recargar las energías en vista de la meta del “alimento”.

La secreción de leptina no se ve influenciada solamente por el grado de adiposidad y del balance calórico, sino también por una alta concentración en la sangre de algunas hormonas tales como:

  • La testosterona.
  • Los estrógenos.
  • La adrenalina y,
  • Los glucocorticoides.

Las investigaciones por su parte demuestran que las personas con niveles más bajos de leptina, por ejemplo, los maratonistas, podrían ser más susceptibles a los beneficios de correr, y como consecuencia, más propensos a entrenar (adicción al ejercicio).

Cada Quien Experimenta su Propia Euforia

Cada uno describe este momento en un modo ligeramente diverso, aun cuando es una sensación que engloba a tantos runners, en modo particular a los que enfrentan un maratón.

Lo que se sabe con certeza es que corriendo se activan las respuestas físicas del cuerpo, que bajo el estrés por el esfuerzo produce las endorfinas, que actúan como analgésicos naturales para disminuir la sensación del agotamiento físico (el dolor y la fatiga).

El nivel de las endorfinas aumenta con el ejercicio que activa esta reacción que nos transmite esa sensación de sentirnos invencibles y eufóricos, transformando la carrera en una experiencia casi mítica.