El agua sin duda es el líquido que mayores beneficios aporta a nuestro organismo, incluso, su valor está determinado en mayor parte por el hecho de que durante el transcurso de nuestra vida, entre el 60 y 70 por ciento de nuestro cuerpo es agua. Desde los orígenes de la historia, el agua está relacionada a la vida, los primeros asentamientos urbanos se ubicaban en lugares donde sería fácil tener acceso a ésta. Así también, se ha utilizado desde siempre el agua en tratamientos para estar saludables. La hidroterapia ha sido una aliada de la humanidad en la búsqueda de la salud desde los siglos quinto y cuarto antes de Cristo, y ha ido evolucionando con el pasar de los años, además que ha sido objeto de la inclusión de diversos métodos y procedimientos, donde el avance tecnológico ha sido fundamental.

 

El agua terapéutica.

La hidroterapia es la forma como usamos el agua con fines terapéuticos, en ella influyen dos aspectos fundamentales: la temperatura del agua y el tipo de agua. Entre las ventajas que tiene la hidroterapia para el ser humano están la mejoría en la circulación del torrente sanguíneo a través del cuerpo, relajación muscular, baja los niveles de estrés, mejora las funciones del sistema respiratorio y fortalece el sistema inmunológico.

En cuanto a la temperatura del agua, la hidroterapia se puede realizar con agua fría, caliente, muy caliente y la variación entre agua fría y caliente. La temperatura del agua tiene un efecto específico en cada área del cuerpo, dependiendo de la dolencia. El agua fría es muy utilizada para zonas inflamadas y ayuda a mejorar las funciones metabólicas. El agua caliente es útil para el tratamiento de los dolores, es relajante, y mejora las defensas del organismo. El agua muy caliente se aplica poco y en cortos períodos de tiempo, pero sus beneficios son muy valiosos para la circulación. El uso del agua fría y caliente en terapias es muy saludable para el fortalecimiento muscular y de las dolencias ligadas en muchas ocasiones al ejercicio físico.


Tipologías de la hidroterapia.

También el tipo de agua es importante. La mayoría de estudios científicos en este sentido las dividen en sulfatadas, por los altos niveles de sulfato que están entre sus propiedades, ferruginosa, sulfurosa y cloruradas, por los cloruros que poseen. Dependiendo del objetivo sanador de la hidroterapia, se determina qué tipo de agua se empleará. Puede haber la tendencia a pensar que el tipo de agua viene dado porque el agua originariamente tiene propiedades específicas, y no necesariamente es así en todos los casos, las propiedades antes descritas pueden ser agregadas para dar al agua dichos nutrientes.

Ya hemos destacado las características de la hidroterapia por temperatura del agua, también por las propiedades. Ahora destacaremos la parte mecánica de la hidroterapia, que tiene diferentes variantes. La primera de ellas es la de inmersión, muy empleada en pacientes que tiene problemas de movilidad de sus extremidades. También está la de fuerza intercalada, cuando se hace fuerza con el agua sobre las zonas afectadas, muy utilizadas en el tratamiento para padecimientos circulatorios. Por ultimo aquella que se aplica a través de chorros con propulsión.

¿La hidroterapia es contraproducente en algunos casos?

Se pueden mencionar grupos de personas en los cuales la hidroterapia podría no ser recomendada, como es el caso de los diabéticos, hipertensos y pacientes renales, sin embargo, es muy importante la evaluación médica que determine la idoneidad o no de la hidroterapia en algunos pacientes. Es el caso de las personas con alguna dolencia en la piel, es probable que no sea recomendada en algunas etapas de la enfermedad, pero si cuando ésta ya está en remisión.

La hidroterapia puede ser aplicada de diferentes maneras, baños, chorros, vapor, vendajes, entre otros. Queda a discreción del médico o profesional terapéutico, qué forma de aplicación es la más adecuada para tu caso.

Aliada deportiva y para toda edad.

Las características de la hidroterapia la hacen especial como complemento en los tratamientos de la medicina deportiva, por su impacto positivo en los músculos y la tendencia a mejorar lesiones óseas. Tanto para los deportistas, como para los pacientes en general, la hidroterapia debe ser referida por un especialista que analice las ventajas que traerá a la personas, pero también las posibles desventajas que pueda traer su aplicación.

Es especial el uso de la hidroterapia en cualquier edad, y últimamente se ha generalizado positivamente en los niños, como coadyuvante en tratamientos para el autismo y parálisis cerebral principalmente. Aprovechemos las propiedades que el agua tiene para nosotros, disfrutémosla, pero también conservémosla.