¿Te sientes viejo para participar en un maratón?

Aunque puede parecer una frase muy trillada, son muchas las razones por las cuales debes seguir considerando continuar o iniciarte en el mundo del running, porque no hay edad para correr, mientras haya vida, salud, y sobre todo ganas de entrenar, hay evidencia de que tus capacidades para correr siguen estando intactas. Seguidamente te diremos por qué no debes pensar que por tener ya cierta edad no deberías seguir corriendo, recuerda que al contrario, mientras más edad se tenga, más necesaria es la actividad física. ¿Viejo para correr? ¡Jamás! Y sin duda, el momento cumbre de todo runner está en la participación en una maratón, para lo cual no hay edad, y si lo hacías mientras estabas “joven”, mucho más lo debes hacer ahora que tienes más experiencia y cuentas con más dominio propio, ¿Qué otras razones hay para seguir aspirando participar de una maratón a pesar de la edad? A continuación te las diremos.

Las metas dentro de un maratón siempre estarán presentes.

Ante el reto de participar de una competencia, siempre surgirán nuevas metas y aspiraciones, y aunque quizás no te sientas con las mismas capacidades que antes, estas aspiraciones solo quizás cambien de forma y tamaño, es decir, son transformadas. Una persona que deje de tener metas se puede sentir prácticamente muerta, la dinámica de la vida consiste siempre en la espera de alcanzar los éxitos, y esto no es diferente para todo deportista runner que aunque hayan pasado los años, siga deseando participar de un maratón. Los deseos de competir incluso pueden acrecentarse con los años, en vez de disminuir con la edad. Tu experiencia y conocimientos pueden ser muy apreciados por las nuevas generaciones de corredores que se están iniciando en el mundo de los maratones. ¡No menosprecies tu historia del pasado y la que aun estas construyendo!

El plan de entrenamiento para correr el maratón.

Si quizás algo haya cambiado en este tiempo de madurez deportiva, está en que ya no te importa mucho el tiempo en el cual culmines el maratón, he allí la importancia de que procures diseñar el plan de entrenamiento con la finalidad de llegar a la meta, sin pensar mucho en el lugar que ocuparas en la tabla final de posiciones. Es importante pensar que el objetivo principal será terminar la competencia, y ese deseo no tiene edad. Ahora bien, son muchos los casos que aunque pase el tiempo las condiciones del corredor no desmejoran, y si este es tu caso ¡Felicidades! Si crees ha disminuido tu capacidad, no te entristezcas, todo esto forma parte de la vida de un verdadero runner.

Escuchando el lenguaje del cuerpo durante el maratón.

Tu larga experiencia en competiciones seguro indica que en cada etapa de la carrera tu cuerpo habla, y seguramente que luego de transcurridos tantos años el lenguaje de tu cuerpo habla más alto, razón por la cual no debes dejar de escucharlo u obviar lo que verdaderamente te quiere decir. Ninguna competencia tiene los méritos para hacer que tu cuerpo se lesione, y en la adultez estas lesiones son más difíciles de recuperar. Por lo tanto, al momento de realizar un maratón escucha a tu cuerpo y dale respuestas a lo que te pide, si por algún motivo es el momento de suspender tu participación, siempre habrá otra oportunidad, en cambio si no lo escuchas, quizás si pueda ser el último maratón de tu vida.


Correr conociendo tus límites.

Todos tenemos límites en diferentes áreas de la vida, y en el caso de los maratonistas estos límites también existen, y es menester de todo maratonista experimentado formar a las nuevas generaciones en el conocimiento de estos límites. Reconocer nuestros límites no es indicio de fragilidad, sino más bien de un profundo conocimiento y experiencia, los límites son ese punto de calibre que nos hace conducirnos de la mejor manera posible. Los maratones son símbolo de constancia y dedicación, pero también de disciplina, conciencia y responsabilidad consigo mismo. Recuerda, siempre habrá una nueva oportunidad.  

Nada mejor que un experimentado runner.

Alguien con experiencia sabe lo que quiere, conoce su cuerpo, responde correctamente ante cualquier situación y posee una historia que contar, un runner se acaba solo con el último aliento de la vida, y ese último aliento casi nunca será en la pista.