Entrenador personal

 

Cuando tienes un objetivo claro, una meta por conseguir, un sueño, el entrenador personal o personal trainer como una parte más de tu estrategia, te puede ayudar a conseguirlo.

Para ponerte en manos de uno tienes que tener clara la planificación de tus salidas. El entrenador te marcará un camino, una línea que debes de seguir sin desviarte porque su experiencia te aportará un valor importante. Para ello deberás confiarle tu estado de forma, como te encuentras, qué es lo que te preocupa como runner o cuáles son tus prioridades. El analizará todos los datos y te facilitará un plan personalizado.

Es importante que tengas una relación regular con él, no tiene porqué ser una asociación que implique sesiones presenciales, pero sí que deberías tener una vía de comunicación que te permita consultarle tus dudas, compartir tus inquietudes deportivas o recibir en cada momento la información que se comprometió a facilitarte.


 

No solo te enviará el plan semanal o mensual, también te puede aportar tablas de estiramientos,  abdominales, ejercicios de propiocepción (ideales para evitar lesiones), calendario de carreras o sugerencias de nutrición. Cuanto más completa sea su oferta mayores posibilidades tendrás de alcanzar tu reto. Y sobre todo, un plus que diferencia a unos personal trainer de otros es la capacidad de motivación. Esas palabras que a veces necesitas al acabar una competición o en los momentos más duros de las sesiones. El factor psicológico es pilar básico en la salud del atleta. Y no todos aciertan con el mensaje.

Debería de estar capacitado para asesorarte sobre ropa y calzado. Especialmente para el tipo de zapatillas que te pueden ir mejor para una superficie determinada o una distancia. Sus conocimientos te pueden servir para esa duda definitiva que tienes para decidirte por un modelo u otro. Así como para la indumentaria, ya que siempre viene bien alguien que te haga ver que sales a correr, a pasarlo bien, y que no hace falta que lleves carga innecesaria, como esa sudadera que te atas a la cintura y que no te acabas poniendo. Lo más importante de la calidad textil es la correcta traspiración y el fin para el que está diseñado. Si un día te dice tu entrenador que te cubras con una gorra o te protejas contra el sol, es un buen consejo de salud y si bien tú tienes la última palabra, él está ahí para recordarte que debes cuidarte, porque habrá cosas que él no pueda hacer por ti.

Un personal trainer es, ante todo, un asesor deportivo. Tu asesor personal. Y tienes que tener claro qué precio pagas por ello. Por eso la relación de confianza es importante, ya que los objetivos, si bien son sacrificio tuyo, él te guiará de la mejor manera posible para que puedas lograrlo. A veces los resultados no salen a la primera o tardan en llegar un mes, pero si el trabajo está bien planificado, de acuerdo a tu calendario de carreras o a tus objetivos de salud (tonificación, recuperación de lesiones etc) y tú te has exigido para llevar al detalle ese plan, los resultados deseados acaban llegando.

Asegúrate de que es una persona capacitada, con experiencia y que sus atletas tengan buenas referencias de él. Que se preocupa por su equipo y que lleva a cabo actividades encaminadas a mejorar el rendimiento de un runner. Un buen personal trainer no deja de aprender nunca, para poder enseñarte lo que mejor se ajusta a tu meta. Si ya te has decidido por uno en concreto intenta que te deje probar una par de semanas gratuitamente, para conoceros y para ir viendo si es lo que de verdad estabas buscando.

Recuerda que a veces no basta solo con un gimnasio. No sigas plantillas de planificaciones genéricas, pues es muy probable que te provoquen un resultado indeseado y, cuando menos, resulte nocivo para tu salud. Correr es una actividad voluntaria, que te exige cierta dedicación diaria, y que te debe proporcionar buenos momentos. Y si alcanzas tu primera meta, de la mano de tu personal trainer, tendrás un motivo más para seguir confiando en él. Y allá donde esté, desde donde te dirija o te aconseje, se sentirá orgulloso de haberte proporcionado una mejora sustancial en tu salud.

 

Porque para él todo suma, nada resta.