No Lo Pienses Más. Actívate y Ejercítate.

En la mayoría de los casos, la motivación para hacer ejercicio físico no surge naturalmente. Los seres humanos somos un poco flojos, pero ¿qué podemos hacer para animarnos a realizar deporte? Si muchas veces preferimos salir con nuestros amigos y beber cerveza o permanecer cómodos en el sofá, sobre todo si hay un mal tiempo. Es también cierto que nos cuesta tomar una pausa de otras actividades que consideramos más importantes. Veamos algunos consejos para que te actives y te ejercites.

No digas “no tengo tiempo”, “no tengo ganas”, o “tengo otras cosas que hacer”, pues no es una excusa válida, aun cuando pueda parecerlo. Si no tienes tiempo hoy para preocuparte por tu salud, entonces deberás encontrarlo más adelante cuando tengas que enfrentarte con alguna enfermedad, con achaques o con las dificultades físicas relacionadas con un estilo de vida sedentario y la falta de ejercicio físico.

No Lo Pienses Más. Actívate

Todos somos conscientes de que realizar ejercicios es necesario en la vida, está más que claro. El obstáculo que encuentra la mayoría de las personas es hacer que se convierta en un hábito. Por tanto, no lo pienses más, no busques más excusas, ni motivaciones absurdas que justifiquen tu decisión. Simplemente, sal, actívate, y hazlo.

No importa si te sientes cansado, si hace frío, si piensas que no luces bien usando ropa deportiva. Olvídate si se arruina tu cabello cuando sudas, ni mucho menos si es demasiado tarde para empezar, o si tienes algo de dolor por el entreno del día anterior. El secreto es hacer que sea una costumbre y parte de tu vida, así que deberías continuar ejercitándote cada día.

Tienes muchas opciones para realizar ejercicio, bien sea en tu casa, al aire libre, o hasta en tu lugar de trabajo. Puedes inscribirte a un gimnasio o en uno de los muchos sitios de internet que te proponen un plan de entrenamiento, busca videos en YouTube o compra un libro que hable al respecto y ponlo en práctica.


No dejes que la flojera se apodere de ti. Date la oportunidad de vencer tus propios límites y superar los obstáculos, a veces nuestra mente nos juega en contra y escuchamos esa pequeña vocecita que nos dice que “estamos muy cansados” o “mejor para mañana”. Lo que puedes hacer hoy, ¡hazlo!, no lo dejes para otro día.

Visualiza Cómo Serías en el Futuro Si No Hicieras Actividad Física

La mayor parte de las personas te sugeriría justamente la estrategia opuesta: visualiza cómo serías después de entrenar por algunos meses, en modo tal que puedas motivarte. El problema es que para muchos esta estrategia no funciona, porque después de un poco la motivación desaparece por culpa del esfuerzo al cual debemos someternos, por el sacrificio y el cansancio.

Por tanto, intenta hacer lo contrario. Piensa en tu forma física actual, en la cantidad de ejercicio que haces y cómo serías dentro de algunos años si continuases así. Imagínate en cinco, diez o veinte años, ¿te has puesto a pensar cómo lucirías cuando tengas setenta u ochenta años?

Si te imaginas cómo lucirías a ese punto, sería un poco desalentador, ¿no te parece? Debilidad, obesidad, invalidez, tristeza, soledad.

Siempre que tu mente intente buscar una excusa para no hacer deportes, recuerda esta sabia frase de Edward Stanley:

Quien piensa que no tiene tiempo para la actividad física, tarde o temprano encontrará el tiempo para la enfermedad


 

Piensa En Cómo Te Sentirías Luego de la Próxima Sesión de Ejercicios

En lugar de pensar exclusivamente a largo plazo, uno de los secretos principales para motivarte a realizar ejercicios es proseguir día a día. Piensa en tu próxima sesión de entrenamiento, pero no te concentres en cuánta flojera sentirás para salir de casa. Piensa en cómo te sentirías cuando hayas finalizado de entrenar, el efecto de las endorfinas te hará experimentar una sensación de bienestar y alegría a la cual seguramente te podrías hacer adicto.

La actividad física libera una cantidad increíble de hormonas que nos brindan una agradable sensación de bienestar. Las más conocidas son las endorfinas, que nos hacen sentir eufóricos cuando terminamos de hacer ejercicio. Estas hormonas, además, son un analgésico natural que reduce el dolor, la ansiedad y el estrés.

Además, hacer ejercicio libera serotonina, una sustancia que influye en nuestro estado de ánimo, sobre todo si hacemos deporte al aire libre. La serotonina nos ayuda a calmarnos, a combatir la sensación de ansiedad y la depresión, además de permitirnos conciliar más rápidamente el sueño y mantener bajo control nuestra alimentación, en particular si comemos mucha comida chatarra.

Ten presente que, para lograr mejores resultados, el ejercicio debe combinarse con una dieta sana y balanceada.