De Runner a Runger. Hábitos Alimenticios Equivocados

 

Para correr largas distancias no sirven solamente los pulmones, el corazón y las piernas, sino un organismo extraordinario. Cada parte de esta máquina espectacular llamada cuerpo humano debe trabajar de manera eficiente para permitir a un runner alcanzar su objetivo, pero la misma necesita ser alimentada y disponer del combustible adecuado, lo cual resulta ser un elemento clave para los resultados.

 

Los carbohidratos, las proteínas y las grasas, si se consumen en manera científica, proveen la energía necesaria para correr largas distancias, y no sentir ese vacío en el estómago llamado “hambre” que luego obliga al organismo a quemar las reservas de grasa.

Las personas que se acercan al running deben comprender que el entrenamiento, además de ser desarrollado en la pista de carrera o en las calles y con un cronometro en mano, continúa también en la mesa. Una cosa es ser un “runner”, y otra ser definido como un “runger” (juego de palabras en inglés ideado por los corredores ingleses que han unido la palabra “Runner” con “Hunger”, para indicar el corredor que tiene hambre, es decir aquel que no sigue una dieta que necesita evaluar su plan de alimentación por falta de algunos nutrientes).


Quien se acerca al running, debe conocer los siguientes tres aspectos.

El Runner Come De Más

En líneas máximas, y sin considerar la duración y la intensidad del trabajo desarrollado, durante la preparación de una carrera de larga distancia se queman unas 100 calorías por cada kilómetro recorrido y, puede suceder que comamos de más.

El organismo, buscando mantener su homeóstasis (la capacidad de conservar las características al variar las condiciones circundantes) de peso, solicita que sean ingeridos más alimentos para reintegrar las calorías perdidas. Esto en los runners principiantes es aún más evidente.

Diversos estudios han revelado que los neófitos de la carrera han tenido un apetito mayor con respecto a sus colegas más expertos, porque su físico, no estando acostumbrado a mantener determinados esfuerzos, necesita de una cantidad calórica diferente. De hecho, las hormonas del hambre de los nuevos adeptos al running corren más velozmente.

Combatir el Hambre Para No Convertirse en un Runger

Como es sabido, la preparación de una maratón hace aumentar el hambre y, de runner se pasa a ser un runger. Esto ocasiona un problema si el corredor tiene siempre esa sensación de tener el estómago vacío durante los entrenamientos. En tal caso, se recomienda integrar o cambiar el propio plan alimenticio.

El runger debería preguntarse si:

  • Consume las suficientes cantidades de proteínas requeridas, ya que éstas estabilizan los niveles de azúcar en la sangre y ayudan al organismo a sentirse más saciado durante mayor tiempo.
  • Come lo suficiente antes de un determinado entrenamiento; consume los alimentos adecuados (si tienes hambre cuando realizas las tres comidas del día, entonces la solución sería introducir al plan alimenticio algunas meriendas saludables, como frutas durante el resto de la jornada).

Experimenta la Mejor Solución Para el Propio Organismo

La comida es nuestro carburante, pero no todos los organismos son iguales. En un contexto similar no se requiere seguir al pie de la letra los consejos del runner más experto, sino que en cambio es necesario experimentar para encontrar la mejor alquimia para el propio organismo.

Las semanas que se acercan a una competencia también sirven para probar cada aspecto nutricional: desde el desayuno pre-carrera hasta la comida principal antes de la carrera. Sin embargo, si no se desea perder tiempo en experimentos similares, una alternativa sería consultar con un experto de la alimentación y de la nutrición.

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