La Relación entre el Deporte y la Genética

Desde nuestro nacimiento ya todo está señalado por el kit genético, altura, belleza, performance, entre otras variables, y precisamente el deporte no se escapa de esto. De hecho, a menudo se ven en el gym personas que, a pesar de seguir un inadecuado programa alimenticio y un plan de entrenamiento pésimo, logran tener más masa muscular y estar más definidos que otros que hacen todo con la máxima precisión.

Lógicamente el potencial genético se conoce cuando en la práctica se entrena duro. Pero ¿cuáles son estas características genéticas? Se pueden resumir en los siguientes puntos:

1.    Metabolismo Ectomorfo

Hablando del aspecto netamente físico, existen sujetos que tienen una gran dificultad de aumentar masa muscular. Forman parte de la categoría cuerpo ectomorfo:

  • Son altos, con una musculatura pequeña, una estructura esquelética delgada y longilínea.
  • Tienen un porcentaje de grasa corporal reducida a los mínimos términos y,
  • El metabolismo basal es muy alto. Tanto así que pueden comer por 3 personas sin jamás engordar.

Se usa como parámetro la amplitud del pulso que en estos individuos es inferior a unos 17 cm.

Tal como lo mencionamos, este tipo de personas experimentan problemas en el crecimiento muscular, aunque con un buen programa de entrenamiento basado en:


  • Los principios del entrenamiento deportivo científico.
  • Una alimentación e integración que tengan en cuenta sus mayores necesidades de consumo calórico.

Solo así, se podrían obtener resultados discretos.

2.      Inserción de los Músculos en los Tendones

Las fibras musculares se insertan en los huesos a través de los tendones, estabilizando y permitiendo el movimiento de la estructura esquelética, por medio de la inserción proximal y distal:

  • La inserción proximal representa el punto de unión de los tendones en el lugar de los huesos más estático y varía poco.
  • La inserción distal, en cambio, se inserta en el área movible y puede ser muy diferente entre un sujeto y otro.

Este factor es importante porque aumentando la distancia entre las inserciones el brazo de palanca será mayor, y, ejercerá una fuerza más grande confiriendo una mayor masa muscular.

3.      Fibras Musculares. Porcentajes de Fibras Blancas y Fibras Rojas

Nuestros músculos están constituidos esencialmente por dos tipos de fibras:

  • Las fibras rojas o fibras lentas. Estás ofrecen buena resistencia, son más pequeñas que las blancas, de poca hipertrofia, y se caracterizan por una recuperación veloz.
  • Las fibras blancas o fibras rápidas. Poseen poca resistencia, son más grandes que las fibras rojas, pueden hipertrofiarse, y tienen una recuperación más lenta.

Las fibras rápidas se contraen 4 veces más rápido que las lentas y además se fatigan primero. Estas generan energía anaeróbica (en ausencia de oxígeno), son típicas de: los fisiculturistas, sprinters, y los pesistas.

Por su parte, las fibras rojas se contraen y se fatigan más lentamente. Estas generan energía aeróbica (en presencia de oxígeno), los ejemplos más notables son los maratonistas y ciclistas.

Por norma general, los músculos del cuerpo humano contienen en promedio el 50% de ambas fibras. Sin embargo, pueden variar entre una persona y otra. Por consiguiente, uno que tenga un porcentaje de fibras blancas más elevado estará mayormente predispuesto al crecimiento muscular.


4.      Predisposición a las Lesiones

A su vez la predisposición a las lesiones juega un rol fundamental. Lo cierto es que, la marcada susceptibilidad que tienen algunos deportistas a nivel de tendones y ligamentos puede hacer la diferencia.

Imaginemos por un momento una persona que está dotada de un buen potencial genético para aumentar el volumen muscular pero que a menudo es víctima de lesiones, a malas penas no logrará alcanzar el máximo que su cuerpo le pueda ofrecer.

El cuadro es aún más catastrófico para los ectomorfos con problemas articulares.

5.    Niveles Hormonales

Son diversas las hormonas que influyen en el aumento de la masa muscular y de la fuerza. Recordemos que la testosterona es producida entre 4-9 mg al día en el hombre y entre 0.15-0.4 mg diarios en la mujer.

Una mínima diferencia en su producción puede dar lugar a ganancias sustanciales de masa. Ciertamente, un sujeto puede producir 4 mg y otro 8 mg. Se puede decir que es una cuestión de suerte, hace falta nacer con una buena genética para obtener buenos resultados.

A pesar de todo, no se pueden perder las esperanzas, incluso quien tiene una genética desfavorable puede conseguir resultados discretos con tal de que siga las rigurosas reglas de la fisiología.