Los Niños y la Carrera. Factores de Riesgo a Evitar

 

En el mundo del running, tendemos a focalizarnos siempre y sólo a los adultos, y en nosotros mismos. También la gran mayoría de la literatura relativa a la carrera se refiere casi siempre a los adultos, a las técnicas de carrera, ignorando completamente el mundo de los niños.

 

Y quizás cuánto de nosotros de pequeños corríamos en el jardín, en la playa, y en el parque. Corríamos y jugábamos por horas y horas, y a veces hasta descalzos, sin sentir dolor alguno. Si nos fijamos bien en un niño de tres, cuatro o cinco años mientras corre, vemos su postura erecta, observamos cómo apoya el pie ligeramente, sin jamás impactar violentamente con el talón. Nos damos cuenta de su cadencia rápida, cómo se mueve con suavidad, que casi parece llevado por el viento.

Sin embargo, en el curso de los años, los niños olvidan esta forma de carrera así de natural y se transforman poco a poco, en adultos que sienten fatiga y dolor, que sufren algunas lesiones cuando corren.


Factores Que Ponen En Riesgo La Habilidad Innata de Los Niños Para Correr

Veamos a continuación los dos mayores factores que ponen en riesgo la habilidad innata de los niños para correr correctamente, según el punto de vista de algunos estudiosos.

1.    La Elección del Calzado Deportivo

Los niños no deberían correr usando zapatillas “minimalistas”, de hecho, deberían usar zapatillas de carrera de marcas reconocidas, que garanticen un buen control del movimiento, y que proveen una correcta amortiguación.

Estudios realizados entre los años 1985 y 2008 en los niños que dan sus primeros pasos, han comparado aquellos que aprendían a caminar descalzos con otros que usaban zapatos, y entre éstos aquellos que usaban calzado menos “estructurados” o inadecuados. Dichos estudios demuestran cómo nuestros pies sean órganos sensoriales que nos ayudan a interactuar con el ambiente y a desarrollar esquemas motores correctos.

Los resultados obtenidos sugieren que las zapatillas puedan interferir con este desarrollo. El equilibrio, y la frecuencia de la cadencia son todos aspectos que vienen influenciados por nuestra habilidad para percibir la superficie sobre la que estamos corriendo.

Muchos niños en África del este corren descalzos por kilómetros para ir a la escuela, lo cual se opone a la idea que las zapatillas deportivas sean necesarias para prevenir las lesiones. Además, la forma de la carrera que éstos desarrollan habla por si misma. Son, simplemente, perfectos.

Si observas a tus hijos, hermanos, sobrinos más pequeños te asombrarías de cómo ellos desarrollan una forma de carrera perfecta hasta una cierta edad. Los niños, salvo raras excepciones, tienen una habilidad innata de correr en modo natural, manteniendo una cadencia elevada, aterrizando perfectamente en el suelo por debajo de su baricentro, y en la parte central del pie. Todo esto hasta los 5-6 años de edad.

2.    La Escuela y el Inicio del Sedentarismo

¿Cuál es el mayor cambio que sucede en la vida de un niño, de unos 5-6 años? ¡El inicio de la escuela! Y es justamente en esta edad que los niños pasan del kínder Garden a la primaria, por lo que las horas que pasan sentados cada día inician a aumentar cada vez más con el pasar de los años, mientras el tiempo dedicado al movimiento, al juego, a la carrera, disminuye drásticamente como consecuencia.

Al final, el tiempo dedicado al movimiento llega a apenas unas 5 horas semanales. De este modo, es muy probable que el niño desarrolle malos hábitos relacionados con el sedentarismo que lo condicionarán de por vida y que reducirá sus propias habilidades motoras, entre las cuales se incluye la carrera, que no la practican tan cotidianamente.