Resfriado y Running. ¿Cuándo Hay Beneficios y Cuándo No?

 

Cuando no nos sentimos bien, la última cosa que nos viene a la mente es la de entrenarnos un poco. La actividad física pasa al último lugar de nuestros deseos, mientras las ganas de estar recostados en el sofá, o en la cama toma el primer lugar. Sin embargo, no siempre hacer algo de ejercicios o movimientos es contraproducente, en algunos casos puede comportar mejoramientos con respecto a estar de reposo.

 

Cuando nos vemos afectados por la influenza, los síntomas tales como la toz, el resfriado, el mal de garganta, los dolores articulares, y la postración pueden hacer que una persona que se entrena desista espontáneamente de la habitual carrera o sesión de entrenamiento en el gimnasio.

¿En Qué Casos Entrenarse y Cuándo No?

En presencia de un resfriado leve y en ausencia de la fiebre no existen particulares contraindicaciones en seguir entrenando, siempre que se trate de una actividad física menos intensa, desde leve a moderada.


En algunos casos quien tiene un leve resfriado puede de hecho obtener ventajas de la carrera porque las vías nasales obstruidas se liberan temporalmente durante el ejercicio físico, ofreciendo un alivio momentáneo.

Para entender si es el caso de entrenar o no cuando se tiene la influenza, los expertos sugieren estar claros en lo siguiente:

  • Sí, se puede entrenar si los síntomas de la influenza se manifiestan en el área del cuerpo superior a la garganta: dolor de cabeza, nariz floja, resfriado, estornudo, ligero dolor de garganta, congestión nasal. En este caso, es oportuno reducir de todos modos la intensidad y duración del entrenamiento. Por ejemplo, en lugar de correr se podría realizar un paseo a paso veloz.
  • No se debe hacer ejercicio físico si los síntomas de la influenza se sienten por debajo de la garganta, tales como: dolor de estómago, congestión en el tórax, tos. Además, no se debe ejercitar en presencia de fiebre, dolores musculares difundidos y sensación de cansancio.

Todo Depende de Cómo Te Sientas

A medida que te sientas mejor, podrás recuperar gradualmente el entrenamiento, iniciando con sesiones más breves y de ligera intensidad. Lo más recomendable es hablar con el médico de cabecera, antes de volver a entrenar, porque es siempre oportuno controlar que sea todo dentro de la norma, antes de sobreponer al cuerpo afectado por la influenza a un entrenamiento intenso.

Quien decide entrenarse con el resfriado y los otros síntomas de la influenza de la garganta hacia la parte superior del cuerpo, debería reducir la intensidad y la duración del ejercicio físico para tomar precauciones. Pues, ejercitarse al habitual ritmo intenso cuando se tienen síntomas incluso graves de la influenza puede conllevar riesgos que pueden causar lesiones, debilitando el organismo y favoreciendo la aparición de enfermedades.

De todos modos, lo mejor es evitar que el organismo gaste mucha energía que es necesaria para combatir la enfermedad y regresar al 100% de la salud como antes.

Cuando se corre al aire libre, se obliga al cuerpo a subdividir los propios recursos energéticos entre ejercicio físico y recuperación. Así que, el riesgo es sentirse peor después de haber corrido y se recupera más lentamente.

Pero los verdaderos runners no logran permanecer encerrados en casa por mucho tiempo y, a menudo una carrera al aire libre puede ayudar a sentirnos mejor, o, en otras palabras, sentirnos menos enfermos.

Correr es una buena idea al verificarse los primeros síntomas, porque ayuda a abrir las vías respiratorias y a expeler los microbios. Además, se puede beneficiar de la descarga de endorfinas como “la euforia del corredor”.

Algunos Consejos Para Correr Si Se Tiene el Resfriado

  • Reducir la intensidad.
  • Interrumpir la carrera a intervalos, porque puede ser muy estresante para el físico.
  • Reducir las distancias a recorrer.
  • No correr en un grupo competitivo.